domingo, 8 de mayo de 2016

Carta 2: El sentido de Pedagogía Hospitalaria

En la publicación anterior hablaba un poco de mi experiencia de servicio social en el hospital. El título de esta segunda carta es una pregunta que me hice cuando los niños empezaban a fallecer. Recapitulando un poco sobre mi trabajo en el hospital, era básicamente apoyando a la docente que trabaja con los niños para evitar el rezago educativo, ya que este es el principal objetivo del programa de Pedagogía Hospitalaria “Sigamos aprendiendo en el hospital”.
La pedagogía hospitalaria es una nueva modalidad educativa dentro del hospital, donde se ve implementada no solo la integración si no también la inclusión para que estos pequeños puedan seguir estudiando. Para mí era una oportunidad de conocer el trabajo que se realiza, y claro el objetivo era aprender, para que un futuro yo pudiera estar ahí dentro. Nunca me imaginé lo que me esperaba, y lo que viviría. No es fácil, pero tampoco estoy de acuerdo que se necesita “sangre fría” para poder estar en un hospital trabajando con niños, en mi caso con niños que sus enfermedades están prácticamente relacionadas con la muerte, porque al decir Leucemia es lo primero que se piensa. Cuando sucedió la primera pérdida que tuve, porque así lo sentí, sentí que perdí algo que ya formaba parte de mí. Estuve pensando mucho en el trabajo que las docentes realizan dentro del hospital, pensé en algún momento que no era tan productivo e incluso innecesario, pero cuando siguieron las muertes de otros niños, yo sentía que ya no podía, que no iba a aguantar estar ahí. Pero al ver a los niños que se quedaban en el hospital, ya no con el mismo ánimo, pensativos, decaídos e incluso afectaba a su salud, se les bajaban las defensas, algunos no querían comer y por consiguiente no querían trabajar con nosotras.  Entonces no todos mueren, y qué hacer con los que se quedan, que decir ante esas circunstancias, no lo podemos dejar a un lado y seguir como si nada hubiera pasado, claro está que con las actividades que llevábamos para que trabajaran, se “distraían un poco” pero no era suficiente. 
Creo que era muy necesario platicar con ellos, tratar que no se queden con nada. En la primera carta también redacto que un pequeño de 9 años que aparte de estar triste, se encontraba muy molesto porque no le habían dicho que uno de sus amigos ya había fallecido, aquí lo que hizo que el quisiera volver a trabajar fue la plática con la docente, el sacó su enojo en ese momento, pienso que para todo hay tiempo y ese era el momento para platicar con él sobre el tema, y fue ahí donde entendí el motivo por el cual nosotras estábamos ahí trabajando, ya sea docentes hospitalarios, prestadores de servicio social, e inclusive las enfermeras.


Tú lector ¿Qué hubieras hecho en nuestro caso? ¿Qué actitud tomarías? ¿Una donde hacemos que no pasa nada, o la de tratar de enfrentar la situación?  ¿Crees innecesario el trabajo que se realiza dentro del hospital? Comenta. 

2 comentarios:

  1. Retomo tú comentario al decir que muchas personas piensan que el trabajar en un hospital es necesario tener "sangre fría" y lo creemos tanto que dejamos de lado las variables que se nos presentan por creer que lo primero es hacer lo correcto. Pero es indispensable que exista en la actualidad una pedagogía hospitalaria y no sólo dentro de ella, para que se enseñe que la muerte es parte de la vida y no hay porqué ocultarla.

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  2. Retomo tú comentario al decir que muchas personas piensan que el trabajar en un hospital es necesario tener "sangre fría" y lo creemos tanto que dejamos de lado las variables que se nos presentan por creer que lo primero es hacer lo correcto. Pero es indispensable que exista en la actualidad una pedagogía hospitalaria y no sólo dentro de ella, para que se enseñe que la muerte es parte de la vida y no hay porqué ocultarla.

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